Goles, baile y se olvidan de los fantasmas en el Camp Nou.

David Villa celebra el momentaneo 2-1 en favor del Barcelona, pero luego vendria la lluvia de goles del equipo Blaugrana.

El FC Barcelona olvida los fantasmas creados durante esta semana con su derrota en Liga, goleando a un Panathinaikosque sólo se acercó al área azulgrana una vez y con suerte.Messi, con dos goles, Villa, que se estrenaba en Champions con el equipo culé, Pedro y Alves, dan la victoria a los de Pep Guardiola y muestran su mejor versión.

El Barça tenía claro que debía redimirse del partido ante elHércules y desde el primer minuto saltó al campo muy enchufado. A los dos minutos de juego, Messi, el líder del equipo esta noche, cabeceaba con dificultad a las manos deTzorvas después de recibir un pase de Pedro. El público, que acompañó en todo momento al equipo, animó y vitoreó a sus jugadores. Alves llegaba muy bien desde la banda y creaba ocasiones que no se llegaban a culminar, pero que mermaban el ánimo de los griegos. En el minuto 5 Xavi perdonaba el primer gol de la noche cuando el Camp Nou ya cantaba gol. El de Terrassa aprovechaba una perfecta combinación con Messi que el Panathinaikos despejaba a córner. Villa también lo intentaba con un disparo desde el área pequeña a los 12 minutos. Los azulgranas presionaban y obligaban al equipo griego a cerrarse en su campo por miedo a que un paso en falso les diera la oportunidad de encajar el primer gol.

Messi se deshace del fantasma del Hércules

Pero cuando todos estaban esperando a que cayera el primer gol ‘culé’, Govou, a los 20 minutos, daba la sorpresa al desahacerse de Abidal ganándole la espalda con un pase desde la portería y marcando a placer. El Camp Nou enmudecía al recordar el mismo esquema que, tan sólo tres días antes, habían vivido. Pero Messi no estaba conforme y junto a Xavi, que le ponía un pase perfecto, y no fallaba ante Tzorvas. De esta manera, el argentino batía a Rivaldo como máximo goleador de la Champions con el Barça al anotar 26 goles.

Villa se estrena en la Champions

A partir de ahí, los azulgranas se volcaron, más si cabe, al ataque buscando el segundo tanto. Y lo encontraron en los pies de Villa que, aprovechando un pase hacia atrás de Busquets, la empujaba con la derecha subiendo el segundo gol al marcador. El Camp Nou se había deshecho de los fantasmas de la semana y volvía a vivir el buen fútbol. Al filo del descanso, Messi remataba al larguero y el rechace lo enviaba fuera Alves. Pero cuando la gente ya empezaba a pensar en el bocadillo, Messi volvía a triangular con Xavi y Pedro con dos paredes y marcaba con la zurda a la izquierda del portero griego.

Menos ritmo, pero más control

La segunda parte daba inicio con algo más de tranquilidad por parte de los azulgranas, aunque ni por ello dejaban de crear peligro. El ritmo bajaba, pero el Panathinaikos parecía más fuerte que en la primera parte. A los 53 minutos el balón se iba por muy poco, después de que Villa disparara un centro chut. Un minuto después, Messi era derribado claramente porBoumsong y se pitaba penalty. El argentino no aprovechaba la pena máxima, disparando muy flojo y bloqueando con facilidad Tzorvas. El público animaba al argentino.

Los griegos emplean el juego duro

Dos minutos después volvía a la carga el astro de Rosario, sacándose una jugada de la manga que no lograba rematar. Villa también lo intentaba. A esas horas, el Panathinaikos sólo se dedicaba a ir detrás de la pelota, cerrrarse en su campo y a parar a los azulgranas mediante faltas. Era la única manera. Mientras, los de Guardiola se las ingeniaban para conseguir el cuarto tanto, que no llegaba. En el minuto 66 la tuvo Villa en sus pies, pero no supo darle continuidad al pase de Abidal.

Pedro y Alves también se animan

Pero once minutos después, Messi protagonizaba una buena jugada por la banda izquierda y disparaba en raso al palo derecho. El rechace lo aprovechaba Pedro para marcar el cuarto gol de la noche. El Camp Nou se redimía del penalty fallado y sentenciaba el partido, aunque la ambición culé quería más de ese equipo. Tzorvas hacía lo que podía por bloquear los ataques, siempre con mejor o pero suerte, mientras que la zaga griega se esmeraba en pararles a base de faltas.

En los últimos coletazos del partido, y cuando la gente empezaba a abandonar sus asientos, Messi asistía de forma magistral a Alves, que marcaba de cabeza superando a Tzorvas. Con el fin del encuentro, el Barça demostraba que el tropiezo ante el Hércules había sido un accidente y volvía la mejor versión del equipo azulgrana.

JGabriel28

Mundo Deportivo.

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